octubre 20, 2017

"La Guerra del Corazón Oscuro". Capítulo 7


Capítulo 7


Al día siguiente del encuentro con Las Tres Brujas, desperté en una cama desconocida, con un sueño tremendo recorriendo mi cuerpo y sin recordar demasiadas cosas de la noche anterior, como darte con la realidad después de cualquier salvaje fiesta de Fin de Año.
Solo recordaba los golpes sufridos y las palizas recibidas por mi cuerpo, el cual se encontraba sorprendentemente sano y sin ningún rasguño, como bien podía apreciar frente a aquel decrépito espejo que había encontrado en la habitación extraña.
De repente, escuché la puerta abrirse tras de mí mientras seguía ensimismado intentando explicarme a mi mismo qué carajos había ocurrido para salir tan vacío de heridas de esa cruenta pelea. Incluso, respiré fuerte varias veces para comprobar, con sorpresa, que mi nariz volvía a estar perfectamente y no mostraba signos de haber sangrado a chorros.

-¡Toc, toc! ¿Se puede?

Era Mary, no había duda. Solo ella podía entrar sin preguntar y avisar una vez que estuviera dentro y a punto de marcharse. "Así la conocí y así seguirá", pensó mi cabeza en una asociación rápida de días, "portavoz o compañera, esta vez al menos no lleva mazo".

-Quería ver si estabas haciendo algo o no y saber cómo estabas. Ya veo que te pillo ocupado...
-¿Eso no se pregunta antes de entrar? Y sí, estoy reflexionando.
-Para empezar, llevo aquí más tiempo que tú, puedo hacer lo que me de la gana. Y segundo, estabas sin camiseta y con pantalones ajustados, más razones para colarme. Y tercero, ¿reflexionar? ¿Ahora lo llaman así? Venga ya, eres mayorcito, te he escuchado respirar fuerte y sin quejarte, no hay más preguntas señoría -Mary se acercó y puso sus manos sobre mis hombros mirándome fijamente a los ojos mientras ponía mis manos en su cintura y lanzaba otra de sus arrebatadoras sonrisas pícaras-.
-¿Y no te parece, listilla, que si respiro fuerte sin quejarme es porque por algún misterio que no alcanzo a entender, mi nariz está sana y no rota sangrando a borbotones como debería ser normal?
-¡Oh! Se me olvidó comentarte el simple detalle de... Bueno, de qué ocurría si sobrevives a las Brujas.
-¿Se te van las heridas? ¡Vaya, qué sorpresa! Sí, me lo tenías que haber dicho antes.¿Y por qué me estás haciendo bailar?
-Porque estoy colada por ti.

Vale. Bien. Definitivamente, había perdido la chaveta. Yo, quiero decir. Mary era así siempre. Y sí, debo reconocer que yo también comenzaba a sentir algo por ella, pero creo que era más por los efectos de una posible muerte a manos de dragones endemoniados que por una posible cuestión de sentimientos. O no. Todo era bastante confuso de repente. ¿De verdad había dicho aquello ella? Me separé de ella y me volví a sentar en aquella cama, que a pesar de estar destartalada y antigua, confieso que era bastante cómoda.
-Está bien. Sé sincera conmigo, ¿quieres?
-¡Claro!
-¿He muerto, verdad? Anoche. Durante la pelea. Por la pérdida de sangre o por el fuego o alguna historia de esas de Ghost Rider que os montáis vosotros. Y entonces, al morir estoy recordando cosas que me gustaría que pasaran y esta es una alucinación de esas que ves justo antes de decir adiós. ¿Es... como mi cielo o algo así?
-Cariño, si quieres cielo, puedo llevarte a él...

En ese momento suspiré mirando hacia abajo y, cuando volví a levantar la cabeza, lo único que veía era a Mary sentada en mis piernas, ligera de ropa y besando mis labios y cuello sonriendo de nuevo. Os juro que moría de dudas, como siempre, pero no aguantaba más no poder ver más esa sonrisa:
-¿Qué haces?
-¿Nunca lo has...?
-¡Claro! Quiero decir, sí, lo he probado pero...
-Eso me facilita las cosas...

Y así surgió. Una historia de amor en vísperas de la fiesta apocalíptica, poético a la par que violento, irónico a la par que triste. Como dos acaramelados quinceañeros bailando en la fiesta de graduación o como dos estúpidos adolescentes que no hacen caso hasta que el padre de la chica pilla al chico y le mete una paliza por tocar a su querida hija. Así éramos, el mundo brotaba maldad mientras en aquella habitación solo se creaba magia, fuego y el arte más violento y romántico posible, como si escapara a la imaginación. El planeta temblaba ante el choque de ambos cuerpos, nunca viví nada parecido hasta conocer a Mary.
-¿Comprendes mejor la situación ahora, sucesorcillo?
-Definitivamente, sí. Aun tengo dudas sobre un par de golpes en el cuello. ¿Repasamos conceptos y aclaramos ideas?
-Adoro tu perseverancia...

Tras esto, el día pasó rápido al lado de Mary. Me contó que el ritual con Las Tres Brujas suponía la vida o la muerte y, hasta ahora, solo dos personas habíamos conseguido salir vivos: Meph y yo. "Casualidades de familia", pensé. También me explicó que la habitación donde aparecí, era un pequeño dormitorio dentro del palacio del mismo Infierno y que, a pesar de tanto romanticismo, sexo desenfrenado y orgasmos interminables, al día siguiente teníamos la primera operación contra los malos y eso no era una academia, sino un punto y aparte, jugarte la vida a una carta y esperar que todo saliera bien.
Joder, y eso solo era el principio...

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